Los productos de Hocelot son transversales para cualquier industria.
Es decir, pueden adaptarse a las necesidades concretas de obtención de una información específica de relevancia para cada compañía.
Esta es, de hecho, una de las grandes ventajas de los productos de Hocelot. No se limitan a tener mucha información, sino a obtener la relevante para cada caso de uso.

A través de Smart Data, analizamos la calidad del dato, se mejora, estandariza y enriquece.
Mientras que con Smart Analytics, y gracias al enriquecimiento del dato, somos capaces de ofrecer modelos predictivos únicos que dan soluciones a problemas reales y concretos de negocio.
La industria 4.0
La industria 4.0, basada en la digitalización y la automatización, permite una comunicación más directa entre las partes implicadas en el proceso de producción.
Por consiguiente, se traduce en una optimización de toda la cadena y, por tanto, una mayor satisfacción del cliente final.
La gestión de información y el Big Data, son clave para la optimización en la gestión de la cadena de suministro.
Las tecnologías aplicadas a la inteligencia de datos nos permiten, entre otras ventajas, optimizar los procesos y realizar análisis predictivos para anticiparnos a la demanda.
Como resultado de ello, ofrecemos la posibilidad a nuestros clientes de planificar recursos, especialmente durante períodos excepcionales como el contexto actual.
La necesidad de ofrecer al cliente un servicio competitivo en coste y tiempo para lograr su máxima satisfacción y fidelización, está propiciando una transición tecnológica en continuo desarrollo.
En momentos de incertidumbre económica como el actual, la optimización de procesos es clave para ahorrar costes y mejorar la rentabilidad, impactando directamente en la cuenta de resultados.
España y las PYMES
Las PYMES son, junto a los autónomos, el motor de nuestra economía.

De hecho, según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, en 2019 había en España 1.322.261 PYMES frente a 4.700 grandes empresas y 1.559.798 autónomos (pre-Covid 19).
Pero, en cambio, y según el índice global de competitividad del World Economic Forum, España se encuentra en el puesto 23º, muy por detrás de otros países europeos como Países Bajos (4º), Suiza (5º) o Alemania (7º).
Esto nos hace plantearnos que debemos invertir más en digitalización para aumentar esa competitividad y situarnos en la locomotora de Europa y no en el tren de cola.